Mea culpa

Queridas Mari y Juli:

Hace 15 años que siento una opresión en el pecho por algo que debería haberles contado pero nunca me atreví. ¿Se acuerdan aquella vez que fuimos a Casa Tía y yo me encontre plata abajo de una góndola y me pude comprar las acuarelas que venían en la cajita con forma de león, unos crayones Jovi y varias bolsitas de brillantina? Ese mismo día pero a la mañana, papá nos había dado a todas nuestra "mesada" para gastar en lo que quisiéramos. Bueno, yo lo acompañé a la disquería y ahí en la vitrina frente a mis ojos ví el cassette de Xuxa intitulado "Xuxa e seus amigos" (1985). Me brillaron los ojos, imáginense, ya tenía todos los otros cassettes y este era una verdadera primicia, nunca había oído hablar de él. Sin dudarlo, le dí mi plata a papá para que me lo compre ahí mismo. Ni siquiera dejé que la señora que atendía lo guarde en una bolsita. Quería llevarlo en la mano. Lo apreté contra el pecho y no cabía en mí de felicidad. No veía la hora de llegar a casa para escucharlo. Cuando por fin tuve el grabador frente a mi, sufrí una de las desilusiones más grandes de mi vida. Contrariamente a lo que esperaba, las canciones estaban en portugués, y yo no entendía nada. (N. de R. En el track Nº 1, "O leaozinho", Xuxa canta acompañada de Caetano Veloso, pero mi corta edad no me permitió apreciar este dato de color en ese momento). Empecé a llorar deseperada. Papá y mamá subieron a ver qué me pasaba. Cuando les conté y vieron que no tenía consuelo (había gastado toda mi mesada en el cassette y ahora ustedes tenían plata y yo no tenía nada), papá deslizó en mi mano un billete de 10.000 australes y me dijo: "Que no se enteren tus hermanas". A la tarde, en Casa Tía, y con el corazón en la boca hice un bollito el billete y lo aventé abajo de la góndola de los bon-o-bon. "Juli, ¡mirá lo que me encontré!"-dije de rodillas mientras levantaba en mi mano el dinero en una actuación merecedora de un premio de la Academia. El resto es historia conocida. Espero sepan entender.