domingo, 15 de marzo de 2009

Cosas que me hacen odiar el verano

  • El verano acrescenta la desconfianza en las instituciones
Sin importar cuán pulenta haya sido el ventilador cuando te lo probaron en Frávega, cuando lo prendas en tu casa y realmente lo necesites, lo único que va a hacer va a ser tirar aire caliente. Y sin importar cuánto más hayas pagado por la garantía extendida, el motor va a dejar de funcionar cronometradamente un día después del vencimiento.

  • El verano fomenta la alienación
Uno tiende a alejarse de sus seres queridos y a cambiar el beso y el abrazo por el saludo con la mano de lejos para evitar lo pegajoso y salado de este tipo de muestras de afecto.

  • El verano estimula los comportamientos sinsentido que terminan en muerte
Todos quieren lucir delgados y tonificados en el verano. Por ende, nadie come. La gente es más boluda en verano porque está anémica y desnutrida. Por eso en verano hay accidentes del tipo: "Turista argentino ahogado en un balde en Carlos Paz mientras lavaba la malla para sacarle la arena" o "Un argentino y dos brasileros muertos en riña tras discusión sobre si el mejor jugador del mundo es Pelé o Maradona" o "Turista atravesado por palo de sombrilla en Mar del Plata pasa sus 10 días de vacaciones internado en policlínico local".

  • El verano dispara el consumo de artículos horribles
Souvenirs y recuerdos de las más impensadas características y materiales, uno más feo que el otro, esperan a que un ejército de turistas se abalancen sobre ellos al llegar las vacaciones para torturar y provocar parálisis faciales a los recipientes de dichos regalos, quienes sin remedio, procederán a colocar los obsequios en cualquier sitio visible fingiendo una sonrisa y pronunciando un nunca más real "Pero cheeeeee, no te hubieras puesto en gastos" hasta la partida del vacacionante, para inmediatamente después guardarlos para siempre o hacerlos leña.

  • El verano incrementa el odio racial
Quienes gozan de un saludable bronceado acaparan las miradas de todo el mundo mientras que los blanquitos, embadurnados en una pantalla solar FPS 50 y casi siempre a la sombra mirando desde lejos como los demás disfrutan del sol y vacían la pileta de tantas bombas chinas, nos tenemos que conformar con miradas lastimosas y cuchicheos malintencionados. La venganza en invierno será terrible.

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