sábado, 14 de marzo de 2009

Tripping Hazard

Tropezarse con una baldosa levantada es una de esas pequeñas cosas capaces de arruinarme el resto del día. No solo tiene uno que aguantarse el dolor que implica golpearse la punta de los dedos con un objeto contundente (esto aplica solo cuando uno va con calzado que deja al descubierto esta zona) sino que además, en medio del dolor, tiene que correr el telón y hacerse el que no le duele o empezar a correr con la misma inercia del tropezón para evitar las risas de los que hayan tenido la suerte de presenciar el accidente.El caso es que esa tarde, me tropece con una baldosa levantada. Entre dientes y a media voz, refunfuñé un:

-"La puta madre que lo pari.."

que fue interrumpido por un

-"Eso..."

Giré mi cabeza en dirección al lugar de donde provenía la voz y pude observar, sentado en el piso, rodeado de sus pertenencias entre las que, a simple vista, podían observarse varias bolsas de red con diarios apelotonados, un vaso de aluminio con vino, una frazada vieja y un carrito de supermercado con cartones, a un ciruja. El ciruja, desde abajo, mirando hacia arriba, continuó:

-"ESO es por no prestar atención"

Entrecerrando los ojos de ira, escudriñé al ciruja, que parecía regocijarse de mi tragedia con su sonrisa de un solo diente y mentalmente esbocé una respuesta:

-"Y ESO es por no trabajar"

Me quedé callada y seguí.

[Publicada originalmente el 26/11/2007] Dedicada a Diego Marocco Mihlager, fiel seguidor y primera persona a quien tuve el placer de relatar esta historia.

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