jueves, 5 de febrero de 2009

A Christmas Tale

24 de diciembre de hace 4 o 5 años. Río Cuarto.
Con la Juli decidimos destinar la mañana a hacer las compras navideñas de último momento. No sé por qué motivo, se nos terminó haciendo medio tarde y ya eran pasadas las 13.30 y estábamos en veremos. Por suerte, varios negocios tenían en sus puertas y vidrieras un cartelito que decía "Horario corrido". La Juli se acordó del Viggo, que entonces era cachorrito y dijo:-Pasemos por la veterinaria así compro alimento balanceado, que me queda poquito.Así que pasamos por la veterinaria. La puerta estaba cerrada y el cartel en la puerta decía "cerrado" y más abajo tenía la foto de un perro y decía Purina Dog Chow (pero esto último no viene al caso). Haciendo caso omiso, la Juli empujó la puerta. Extrañamente, la puerta cedió. Entramos. Estaba todo semi oscuro. Había una jaula grande con tres cachorros. Cuando nos vieron entrar los perritos empezaron a llorar. La groncha de la Juli, creyendo que estaba en el campo, bate las palmas para ver si alguien venía a atendernos. (Léase onomatopeya para ruido de palmas, normalmente representadas como clap, clap, clap). Nada. La Juli me mira. Hace cara como diciendo "What pass?". La Juli se acerca al mostrador, se reclina sobre el mostrador para ver más allá. Nada. La Juli da la vuelta al mostrador. Se dirige al cuarto trasero del local. La puerta estaba abierta. Entra. Nada. Mini baño a la vista. Entra. ¡Nada!. Sale y me dice:
-"No hay nadie acá, Cucu".
E inmediatamente y con el ojo clínico de un joyero empieza a valuar en voz alta todos los artículos de valor que había en el lugar.
-"Billeteras de carpincho, esas deben salir por lo menos $40 pesos, Cucu. ¡Y mirá! ¡Hay monturas! Deben estar en el orden de los $500. Hay cintos de tiento, 3 perros de raza, accesorios..."
No conforme, abre la jaula, saca un perro y se pone a jugar con él. Creo pertinente aclarar que la veterinaria está ubicada a la vueltita del destacamento de la Policía Federal. De repente, entra un hombre. Era el negro que vende CDs truchos al lado, entre la veterinaria y la vidriera de Frávega. El hombre nos mira raro y nos pregunta:
-"¿No tendrán una escoba?"
Y la desubicada de la Juli:
-"Si, ya le alcanzo, pero me la trae enseguida".
-"Sí, sí, si el muchacho de acá siempre me la presta".
La Juli busca la escoba, se la da y el hombre se va. La Juli, ya dueña y señora, cierra la puerta.
-"¿Qué hacemos? ¿Nos vamos a la bosta o avisamos?"
La Juli va adonde está el teléfono y en dos segundos encuentra una tarjeta de teléfono y el nombre del dueño en una boleta. Llama a un número que había pegado por ahí, la atiende el contestador. La tarjeta se queda sin crédito. Me dice: -Parece que este es el apellido del dueño...(los nombres de los involucrados, excepto el mío y el de la Juli han sido cambiados) Coloccini.Con la destreza de un dealer, la Juli me da las indicaciones:
-"Andate hasta el locutorio de la esquina y busca Coloccini en la guía y llamá, deciles que nos quedamos media hora y nos vamos. Yo espero acá porque va a volver el negro a devolver la escoba y se va a robar todo y si le avisamos a la policía, va a venir la policía, se va a robar todo y lo va a inculpar al negro de los CDs".
Me voy corriendo hasta el locutorio, pido una guía. Busco en la C. Nada. Ahhh no, pero estoy buscando en Alcira Gigena, y no en Río Cuarto, qué pavota. Busco Río Cuarto, busco en la C. Coloccini. Hay tres nomás. Cool. Marco el primero. ¡Llama!. Llama, sigue llamando, sigue llamando, sigue llamando. Corto. Vamos con el segundo. ¡Llama!...Tuuuuuu, Tuuuuuuuu, Tu...
(Persona del otro lado):-"¿Hola?"
Yo: -"¿Juli?"
(Persona del otro lado): -"¡¿Cucu?!"
Yo: Cortá pelotuda, que me quedo sin plata...¿y qué carajo hacés atendiendo el teléfono!!???
La Juli corta. Finalmente, pruebo con el tercero. Me atiende una mujer, le aviso. Resulta que ella era la esposa del dueño anterior de la veterinaria, pero la habían vendido, que bueno, que ella le avisa al marido, para que el marido le avise al nuevo dueño. Buen, dale, dale. Chau. Chau. El resto de la historia es una mierda, vinieron los dueños. Ni siquiera nos dieron las gracias, nos cobraron el alimento y se acabó la historia. Pero cada vez que pienso en el momento
(Persona del otro lado):-"¿Hola?"
Yo: -"¿Juli?"
(Persona del otro lado): -"¡¿Cucu?!"
no puedo parar de reir.

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