Lo vi al Gordo conectado. Miré la hora, en 20 minutos tenía que salir para el cine o llegaba tarde. Tenía pensado ponerme linda. Miré la hora. Ahora solo restaban 19 minutos. Sacrifiqué el glamour por saludarlo, perfectamente a sabiendas de que decirle al Gordo "Che Gordo, te saludo un toque porque ya me tengo que ir" es lo mismo que clavarle un puñal. Hay gente que no tolera las minicuotas de amor. Gente para la que es todo o nada. Me acomodé los invisibles en la cabeza y me autoconvencí de que la ropa que tenía puesta zafaba. Me apropicué frente al teclado y, como siempre desde el anonimato, tipée un:
Yo: -"Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa"
El Gordo: -"Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!"
Yo: -"Ey Gordo como andás!? Te escribo un toque porque estoy saliendo para el cine. Voy a ver la última de Ben Stiller.."
El Gordo: -(Previendo lo efímero de nuestra conversación, retalió un lacónico) "Ah... Es malísima"
Yo: -"Ohhhhhhhhhhhhhhhh...en serio?"
El Gordo: -"O sea, tampoco es mala, como para pasar el rato".
Yo: -"No te puedo creer".
Hablamos un poco más, de todo un poco. Cada 5 segundos miraba el reloj de reojo, y alcanzaba a ver que el tiempo corría más rápido que de costumbre, como suele pasar en estos casos. Era hora de ir cerrando la conversación. El Gordo justo me venía diciendo que tenía cosas copadas que contarme pero que eran un poco largas para contarme por chat, que ya íbamos a hablar por teléfono. Hasta ahí todo bien. Pero pasó lo que no tenía que pasar. Me sonó el celular. En la pantallita de afuera leí: Juli. Repasé metalmente mis opciones: a) no la atiendo y la llamo camino al cine (tiempo muerto) b) y si es una emergencia? si no me hubieran llamado al fijo; la atiendo. La atendí. Era una consulta rápida. La conversación no duró ni 2 minutos, 2 escasos minutos durante los cuales distraje mi atención de la pantalla. Cuando volví a mirar, la pantalla decía lo siguiente:
El Gordo: -"O no?"
El Gordo: -(un minuto después) "Tic tac"
El Gordo: -(20 segundos después) "Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah nooooooooooooooo"
El Gordo: -(Un segundo después) "Listo"
Retomé la conversación sabiendo lo que se venía
Yo: -"Estaba hablando por teléfono"
El Gordo: -"Bueno, pero yo ahora no tengo más ganas de contarte una mierda"
Me quedaban 2 minutos.
Yo: -(A ortiva, ortiva y medio) "Ah no? Entonces sabés que? Ojalá que ahora cuando salga me choque un auto y te quedes con cargo de consciencia"
El Gordo: -"Y ojalá que yo me haga bosta esta noche en la camioneta"
Analizando las probabilidades de que algunas de las dos amenazas se haga realidad, me di cuenta de que existían altas chances (por alguna razón comencé a escuchar la musiquita de "Kaya" de Sumo) de que la que se quede con cargo de consciencia sea yo. Retiré lo dicho inmediatamente.
Yo: -"Nooooooooooooooooooo perdooooooón, por favor no te hagas bosta en la camioneta"
El Gordo: -"Y vos tratá de no tirarte abajo de un auto"
Yo: -"Lo intentaré. Loviu"
El Gordo: -"Loviu too".
No hay comentarios:
Publicar un comentario